martes, 25 de mayo de 2010

Los bebés y sus cosas


En una generación los españoles, hemos pasado de tener muchos hijos, en tiempos que la economía iba mucho peor, en que éramos un país mas pobre, a tener uno o ninguno.

Cuando era chico, todos mis amigos tenían dos o tres hermanos. Los que solo tenían uno eran minoría y los hijos únicos brillaban por su ausencia. Hoy lo normal suele ser un hijo. Dos, resulta hoy, una exageración demográfica impresionante. Es un problema a futuro: estamos generando una sociedad de hijos únicos que están repletos de juguetes y que no necesitan ni siquiera desear porque se los damos antes.

Los cumpleaños se han convertido en un festival del consumismo. Regalos de todo tipo y color se amontonan a medida que transcurre la fiesta. En una oportunidad, con mi mujer escondimos la mitad de los regalos que había recibido mi hija y se los fuimos dando a lo largo de 2 años. ¿Cómo serán esos chicos, saciados en todos los aspectos materiales, cuando sean grandes? ¿Cómo soportaran las frustraciones que les de la vida?

Otra cosa que ha cambiado en poco tiempo es la edad en que tenemos hijos. No sé por qué mi generación ha esperado a estar cerca de los 40 para tenerlos. En mi caso me encuentro con la “cuarentena” y cambiando pañales ¿cómo nos engañaron así?

Mis viejos tuvieron sus hijos a los veinte y pocos y llegaron a mi edad con hijos casi adultos, o adolescentes. Una pareja que tiene hijos a los 24, por dar un ejemplo, a los 34 ya puede hacer casi todo, porque un niño con 10 tiene mucha independencia, o se puede sumar a los planes que tengan los mayores. Eso, pensando que a los niños no se los puede integrar a la vida de uno cuando son pequeños. Idea muy extendida pero que no comparto.

Lo mismo les ocurre a las mujeres que dejan su vida profesional suspendida por unos años para criar a los niños… para ellas también seria mas fácil si hubieran tenido los hijos a los 20 y pocos. No es lo mismo reincorporarse a la vida laboral a los 30 que a los 40 y pico. Eso, sin hablar de que la energía, la paciencia y las manías, que no son las mismas a una edad que a otra.

Conclusión: tenemos hijos materialmente sobre satisfechos, criados por “viejos” de cuarenta. Tengo mucha curiosidad por ver como son esos adultos surgidos de estos lodos.

Otra cosa que cambio en estos años es que ahora durante el primer embarazo la gente joven me daba el pésame ¿????? “se te acabo la vida” y estupideces por el estilo. Quiero suponer que lo decían porque en España, (no he tenido hijos en otro país) es la broma que hay que decir. Ciertos sectores creen que los hijos representan el fin de la juventud, de la diversión etc. Un whisky sacó una publicidad en la que salía un chupete y abajo podías leer “Cadena perpetua”. En mi humilde opinión es de tal magnitud el error, relacionado con lo que comentaba antes de que no se integra a los niños a la vida que llevamos si no que se les inventa otra, que no merece apenas comentario. Se les inventa otra por ejemplo cuando hay que darles de cenar a las 20 hrs. aunque la familia cene siempre mucho mas tarde, se suscriben teorías por las que el niño no puede dormir en ningún otro sitio que no sea su cama, después de unas rutinas ridículas. El libro “duérmete niño” merecería otros artículos enteros y varias denuncias penales por maltrato de bebes pero lo dejaremos para mas adelante.

Después de meses de recibir el pésame, te pasa lo más lindo que te puede pasar en esta vida, el nacimiento de tu bebe. Creo que a muchos hombres machistas les vendría muy bien estar en los partos de sus hijos. Lo que aguantan las madres!!! Cuando nació mi hija, después de 8 horas de parto, mi mujer besaba a la niña, le decía cosas bonitas y además me consolaba. Yo, que había estado con ella todo el tiempo, no podía parar de llorar cuando la vi nacer.

La llegada del primer hijo lo cambia todo drásticamente. Creo que no cambia tanto con los demás niños. El salto importante es pasar de ser una pareja, a ser tres. De ser una pareja a ser una familia.

Cuando llegan los otros niños, nos olvidamos de cómo hicimos las cosas con el anterior y así cada hijo, de alguna manera, es único. Si no nos olvidáramos posiblemente no pasaríamos nunca del primero, así que la naturaleza es mucho más sabia de lo que pensaba.

Los bebes son los mamíferos más indefensos del mundo. Vienen a medio terminar y por lo tanto dan mucho trabajo. Los bebes nos necesitan a todas horas. Necesitan que los carguemos hasta que no sintamos los brazos, que los cambiemos doscientas cincuenta veces por día, que los bañemos, los alimentemos, los durmamos (varias veces por noche), que los consolemos, los cuidemos, los protejamos, los amemos locamente (de que otra forma podríamos hacer todo lo anterior si no). También, cuando van creciendo, nos obligan a aguantarnos nuestros miedos. Como cuando gatean o caminan y parecen siempre a punto de golpearse contra algo, cuando comen y se atragantan pero siguen comiendo. A mi me daba miedo todo y tenia que luchar contra mi mismo para dejarla experimentar.

Luego, como dice un filosofo amigo, a los problemas de crecimiento, le sigue el crecimiento de los problemas.

Habrá que leerles para que se duerman, dejarlos dormir con nosotros si tienen miedo. Pasar noches enteras controlando si respiran, si les sube la fiebre, si el colegio es mas o menos bueno; tardes enteras sentados a su lado para que hagan los deberes, estudien; Dejarnos la espalda corriendo encorvados cuando dejan los ruedines de la bicicleta; jugar interminables partidos de fútbol con enanos que no pueden darle a una pelota como es debido y, encima, dejarles ganar. Revolcarnos en la arena de playa hasta quedar como una milanesa (filete empanado en castellano ibérico) aunque odiemos la arena etc. Instruirlos en nuestras preferencias para que, por ejemplo, no nos salgan de otro equipo de fútbol, les guste la guerra de las galaxias… en fin, educarlos

Volviendo a los recién nacidos, otra cosa que traen es la desinteresada opinión de los demás. Todo el mundo opina y te dice qué es lo que hay que hacer con el bebe. No lo alces que lo mal acostumbras… ¿a que lo malacostumbro? A que siempre que llore lo vas a alzar… ¿y? Y, eso… ¿No le das de comer ahora? No, no esta pidiendo… pero así lo acostumbras a que tenga horarios ¿horarios a los 4 meses? Si claro... También con las modas de crianza. Otra vez el doctor Estivill y sus métodos. Cuando mis primos eran pequeños, los bebes tenían que dormir boca abajo, Luego dijeron que mejor boca arriba y cuando nació mi niña, tenían que dormir de costado. Recuerdo que me regalaron un almohadón triangular con un hueco en el medio donde debía encajar a la bebe. Como padre novato asustado por todo en general, pero por la muerte súbita en particular, intenté meter a mi bebe en el almohadón… obviamente nunca durmió así y el almohadón se lo regale a otro padre que aún estaba en la etapa del pánico. Lo que nunca te aclaran los pediatras es que aun no saben cal es la razón de la muerte súbita así que te torturan, al parecer, por amor al arte.

Es una lucha agotadora para que te dejen criar a tus hijos como a ti te parece mejor. Y volvemos a los miedos. Porque cuando crías a los hijos como te dicen, como la mayoría o los libros aconsejan, o como está de moda, si algo falla es un accidente. Si lo haces distinto es tu culpa en exclusividad. De forma que haces lo mejor que puedes y cruzas los dedos para no estar errando.

Las madres sufren extra al ver reducido su mundo al bebe. Lo disfrutan claro, pero llega un momento en que necesitan hablar con alguien que les conteste o que simplemente sepa ir al baño cuando le entra un apretón. Algo que las haga dejar de sentirse como un surtidor de comida por un rato.

Poca gente habla de la soledad de las madres de recién nacidos. Largos meses sola con su bebe, sin poder compartir con otros iguales sus sensaciones, sus miedos, angustias y alegrías. Supongo que en esos momentos necesitaríamos volver a la manada, a los orígenes de nuestra especie, cuando estábamos todos juntos, todo el tiempo. Esa comunidad podría arropar a la recién parida y darle una contención de la que carece en nuestra sociedad. Ahora la mujer recién parida, queda obligada a estar en casa sola porque los demás, el marido, las hermanas, los padres, tíos primos, tenemos que seguir trabajando fuera. Una tendencia de la que ya hable antes es la de no integrar a los niños a la vida en general y eso es doble condena para las madres. Los amigos sin hijos dejan de llamarte o hacer planes contigo porque suponen que ya no puedes hacer nada. A veces es verdad pero lo sería menos si el resto del mundo asumiera que los bebes son parte de esa vida. Si todo el grupo de afectos de esa madre la ayudara a no quedarse sola con el bebe. Cada vez que me toca quedarme solo con mis hijos y tengo que hacer funcionar la casa (darles de comer, preparar las cosas para el colegió, lavar los platos etc.) pienso en lo afortunado que soy yéndome a trabajar y tratando con adultos de tanto en tanto.

Y todo lo anterior sin quejarse nunca, ni decir que esta hasta las mismísimas y que lo que querés es irte de vacaciones a un país remoto. No quejarse, no tanto por el que dirán, si no por la culpa que da quejarse de los propios hijos. ¿cómo se queja uno de lo que mas quiere en la vida?

Creo que uno debería poder quejarse porque en realidad no se queja de los niños si no, del trabajo. De no dormir por las noches, de que cada vez que quieres salir a la calle es como salir de excursión al Himalaya, entre la preparación y la cantidad de cosas que uno lleva. Sólo para descubrir, 15 minutos tarde, que te has dejado las toallitas, los pañales o el cambiador, o todo.

Sería más fácil pasar estos momentos si pudiéramos compartirlos. intercambiando esta información. Quejándonos con más naturalidad y aceptando que estos procesos aunque bonitos son difíciles. Si volviéramos a la idea de que los bebes son seres humanos en miniatura y que son parte de nuestras vivencias y que no somos nosotros los que debemos cambiar nuestros hábitos para ellos sino sumarlos a esta aventura que es vivir. Si volviéramos a ver con naturalidad la llegada de estos seres al seno de la comunidad y disfrutáramos más de esto, todos juntos.