jueves, 10 de diciembre de 2009

El muro de Berlín y la primitiva

Siempre que se cumple un aniversario de la caída del muro de Berlín y con él, la caída del bloque “soviético, me acuerdo de un hombre que encontré en el norte de la provincia de Misiones un año antes.
Este hombre, un trabajador rural, perdido en el medio de la selva misionera utilizaba su tiempo libre para estudiar…ruso!!!! Cuando me lo contó supuse que había oído mal ¿ruso? Si ¿Y por qué Ruso si no es demasiada curiosidad? El hombre se encendió, me hecho una parrafada sobre las ventajas del “socialismo”, la inminente caída del capitalismo, los logros de las ciencias soviéticas etc, etc, etc, Más o menos que si yo no hacía lo mismo que él me iba a perder todo lo mejor de lo que estaba por venir…. Como era un hombre mayor que yo, no le discutí, ni me reí. Ambas cosas me costaron un gran esfuerzo, la verdad sea dicha.
Cuando vi por la tele lo de Berlín y tiempo después como retiraban las estatuas de Lenin y Marx de lo que había sido la URSS, no podía dejar de pensar en este hombre y me reía cruelmente de sus profecías. Me pregunto que habrá hecho este señor perdido en la selva misionera cuando se dio cuenta de que el “socialismo real” no llegaría hasta allí. Espero que no haya sido un golpe demasiado duro para él, que no se haya convertido a la teoría del fin de la historia y que no haya hecho más vaticinios. No se le daban bien como podéis observar.
Lo curioso del tema este es que la mejor explicación que he escuchado sobre la caída del llamado socialismo real, me la dió un cura. Un teólogo para más datos. Había estado recorriendo el que había sido el campo socialista y llegó a la conclusión de que el problema había sido el siguiente:

El socialismo estatizo los medios de producción pero privatizo los sueños, por el contrario el capitalismo privatiza los medios de producción y socializa los sueños.

Según este hombre el bloque soviético había socializado los medios de producción, léase las fábricas, todas las empresas, las tiendas etc. Pero para alcanzar una vida mejor tenías que llegar a ser miembro del partido. La única forma de vivir mejor y acceder a privilegios era llegar a formar parte de la elite del partido. Una cosa, ya desde su concepción, planificada para pocos. No era fácil acceder a esos cargos y si era fácil que te echaran de ellos y te ganaras unas vacaciones en Siberia o sitios así. La conclusión es que el mismo sistema no era atractivo para la mayoría de la población, no había motivación por decirlo de alguna manera.
El capitalismo, siempre según este cura, hace lo contrario. Concentra la riqueza en algunas manos pero nos deja a todos con la idea de que tenemos alguna posibilidad de llegar a ingresar en ese club. Nos convencen día a día de que eso es lo que debemos desear y que es posible.
Si tenemos una idea genial, (mirá a Bill Gates), o si descubrimos algo, o si nos toca la lotería o si jugamos muy bien al fútbol, o toreamos o…. Nada nos impide hacernos ricos y gozar de todos los privilegios de nuestra sociedad. Nada… salvo la realidad pero eso a quien le importa… Siempre hay alguien haciéndose rico por algún lado. Los de las punto com en una época, los que inventaron tuenti ahora, Cristiano Ronaldo que además de rico es guapo, un día eres una periodista divorciada y al otro eres la futura reina de España, etc.
De hecho las telenovelas clásicas, los culebrones funcionan de esa manera. Chica pobre pero honrada consigue casarse con millonario bueno al que no le importa el origen social de su novia. Es increíble que esa formula funcione en Latinoamérica donde es casi imposible que algo así pase pues la novia además de ser pobre e ignorante sería con toda seguridad de otro color y nuestros ricos las tienen todas: son clasistas, prejuiciosos y racistas. El problema es “el casi imposible”, ese casi que uno tiene que poner porque puede ser que alguna vez haya pasado, o pueda pasar… ese “casi” alimenta las esperanzas de millones de pobres que sueñan con un futuro mejor y que mejor que ser ricos en un futuro ¿verdad?
Lo peor es que todos en mayor o en menor medida terminamos siendo parte de ese sueño del sistema. Una profesora de la universidad decía que el capitalismo es mas que un sistema económico, que era un sentimiento que casi todos tenemos arraigado incluso sin darnos cuenta. Una forma de ver la vida. Nos convencen de que necesitamos coches nuevos, televisores planos, móviles a los que sólo les falta darnos masajes en los pies, cafeteras con capsulas que son balas de sabor etc. Y, obviamente, todo eso es mejor. No es una necesidad real, aunque parezca que si, pero es mejor. Pocos necesitan un móvil que permita hacer videoconferencia y guardas doscientas cincuenta mil canciones pero da gusto tenerlo. ¿Quien necesita realmente un televisor de 42 pulgadas ultra fino que se pueda poner en la pared como si fuera un cuadro? Pero ¿y lo bien que se ve? No importa que mi salón prácticamente tenga 42 pulgadas y este tan pegado a la pantalla que me maree cada vez que la encienda. Yo lo necesito. Todos los necesitamos, somos un poco como esos roedores que corren en una rueda sin fin. Todos los días nuestras “necesidades” cambian, aumentan, se transforman y seguimos corriendo para ir a ningún lado.
En mi caso, juego a la primitiva (en Argentina se llama Quini 6 y no da ni la sombra de los premios que se dan aquí) cada vez que hay bote. Se acumulan 100 millones, 50, 20 y no puedo resistirme a jugar. Compro una o dos apuestas y hago cábalas para ver si toca. Mi hermano me dijo una vez que era el impuesto al tonto y que tengo una posibilidad entre millones de que me toque pero ¿Qué más me da? Me gasto un par de euros y tengo una millonésima posibilidad de hacerme millonario, de entrar al club y de, suponer, que no tendré problemas nunca más.
Lo cómico es como en la fantasía cada vez necesito más dinero para solucionar mi vida y la de la gente que quiero. Empiezo por unos miles de euros que me permitan resolver temas urgentes. Luego pienso si me va a tocar una vez en la vida, que sean varios millones, que pueda ayudar a fulano y a mengano, dejarles unos millones a mis hijos para que no pasen nunca necesidades, el año en Paris para aprender francés, mi viaje en motor home alrededor del mundo; el banco verde como el de aquel tipo de Bangladesh, la parte para que la familia política también este bien lo que le voy a exigir al banco para meter el dinero en ese y no en otro banco… al final necesito uno de los botes más grandes que ha dado jamás la lotería para hacer todo lo que quiero.
Mientras tanto y hasta que de verdad me toque la lotería (que creo será esta semana) estoy entretenido y creándome nuevas necesidades…mi cafetera esta vieja y esa de las capsulas….